viernes, abril 27, 2007

6,7 millones


Según La Revista del Domingo de El Mercurio de Santiago, durante 2006 subieron 6.700.000 turistas a la Torre Eiffel. Más que toda la población de Santiago, y casi la mitad de los habitantes de Chile. Más de 80 veces la capacidad del Estadio Nacional.

Hace pocos días fui uno más para las estadísticas de 2007. Y lejos de las frías cifras, para mí... una experiencia cliché que no olvidaré.




lunes, abril 16, 2007

Miramas… ici… Miramas…


Dos tardes en la semana mis jornadas laborales se desarrollaban en este pueblo, el cual no aparenta interés alguno como destino digno de ser conocido. Es un lugar de paso, un punto de cierta relevancia dentro de la red de transporte regional.

Mi rutina primero se debatía sobre el medio para llegar a Miramas: tomar el bus (la manera más rápida y cercana a mi casa), tomar el tren (más lejos de mi casa, pero donde normalmente me iba sin pagar), o eventualmente ser llevado por Véronique, una profesora de español. Y no faltaron las ocasiones en que fallaban simultáneamente las 3 vías, porque la frecuencia de transporte público no es mucha, y en particular el tren muchas veces pasaba con retraso por problemas técnicos o las infaltables huelgas.

Una vez llegado a la estación de Miramas, debía caminar por una especie de pueblo fantasma que a esa hora tenía casi todos sus negocios cerrados. La avenida Charles de Gaulle cambiando totalmente su pavimento… a un ritmo que no supera la cuadra mensual (no estoy exagerando, es la pura y santa verdad), pero el resultado es bastante mejor que la Alameda de Santiago.

Luego de unos 10 minutos de caminata se puede divisar el Liceo Jean Cocteau: una inmensa mole café que se confunde con el teatro del pueblo. Mis cursos de los martes… unos “angelitos” de Terminal (4º medio) que debía preparar para el BAC (PSU en Chile). Varios de ellos eran buenos alumnos, pero otros tantos aparentaban una edad mental inferior. Ese curso tuvo su clímax una tarde en que a partir de nada, una de las alumnas se paró arriba de una mesa para realizar un strip-tease, el cual por supuesto, no fue completo. Buen recuerdo.

Mis otros angelitos eran mis alumnos de Second (2º medio), que eran muy revoltosos y desordenados, pero simpáticos al fin y al cabo, incluso bailaron y cantaron fuerte “El león”. Y mis regalones eran los de Premiere (3º medio), que además de trabajadores (bien… la mayoría, pero no todos) eran chistosos, en especial una loquita Marion que bailó conmigo “La guitarra” de los Auténticos Decadentes.

Cuento aparte eran mis clases de los viernes, donde debía preparar individualmente a alumnos para su BAC oral. Fue difícil conocerlos más porque sólo los veía una vez, a excepción de unos pocos que pude examinar una segunda vez, constatando sus avances. A algunos les hacía ver fotografías con significados complejos de descifrar, y me sentía contento cuando algunos de ellos podían establecer relaciones no evidentes, más allá de lo descriptivo.

A otros debía escucharlos e interrogarlos respecto a ciertos textos, lo cual a veces era tedioso debido a la hora “post-almuerzo” en que el cuerpo se relaja y hay que luchar contra los bostezos de una tarea físicamente pasiva. Para mí fue más interesante –y si el tiempo lo permitía- inducir una conversación más amplia, donde pudieran expresar ideas de forma libre, creo que eso los ayuda mucho para comunicarse eficazmente en otra lengua.

Y cuento aparte fue mi participación virtual en el foro de internet creado por el profesor Nieto, donde intercambiábamos ideas de toda índole con los alumnos, pero que en rigor fue en un 90% con una alumna apodada yeh shen, a quien creo conocer más que a los demás alumnos.

Así transcurrieron mis días en el liceo Cocteau, y mi regreso era otra rutina: contemplar un grandioso atardecer o caminar bajo la lluvia, pasar junto al carrito de las pizzas Jean Pierre, vuelta por la avenida en eterna construcción, pasar a la tienda de revistas, hojear mucho y comprarme alguna edición de Fotografía… salir y ver desde lejos la baliza de las pizzas Bubu… sentarme en la estación por eternos minutos esperando no quedarme dormido para no perder el bus. Así transcurrieron mis días en Miramas, lentos, pesados, simpáticos y diversos.

Otro abrazo a todos mis ex-alumnos.

sábado, abril 14, 2007

Salas vacías


Dicen que cada lugar puede mantener parte de las energías de las personas que lo han frecuentado.
Ésta era mi sala en el Lycée Arthur Rimbaud de Istres, y cuando veo esta foto puedo imaginar y recordar distintas situaciones: risas, malos ratos, interés e indiferencia... comunicación verbal y no verbal. TCG, TCGRH, 1eCOM, 1eL1L2, TL, 2º4, 2º12, TES3... siglas sin sentido que para mí adquirieron sentido. Semanas pares y semanas impares. Llaves que abrieron pequeñas puertas a grandes mundos.

Una pantalla donde vimos películas: cortometrajes, sinopsis... el infaltable trozo de "Machuca". Mi laptop como herramienta fundamental. Los futuros inciertos de "La guitarra" de los Auténticos Decadentes. Las partes del cuerpo de "El león" de Willy Sabor. Fotos de Santiago, fotos de Isla Mocha, fotos de Valparaíso, fotos de Andacollo... fotos, fotos y más fotos. Juegos de ahorcados y de bachilleres. Reflexiones sobre la interculturalidad, la inmigración y la religión. Vi adolescentes sufriendo por amor, otros con problemas familiares y de salud, y una gran mayoría con sueños, ilusiones y la felicidad que dan las hormonas floreciendo.

"¿Cómo se dice je t'aime?" Se dice "te amo", pero también "te quiero", "me gustas"... en español tenemos más expresiones con distinto significado para esa simple expresión. ¿Será que los hispanoparlantes sabemos más de estos menesteres?
Recuerdo algunos pueblos indígenas que tienen muchas palabras para algo tan sencillo para nosotros como "Tierra".

La Tierra... algo tan grande se hace tan pequeño a veces, y las distancias parecen no existir ayudados por las bestiales tecnologías. Susurrando un poco de español y un poco de francés... todo está ahí. El mundo es un pañuelo... como el pañuelo de la musulmana que no quería entrar a clases sin él.

Ésta era mi sala de clases, la sala de arte, del arte del español, del arte del buen vivir. Un poco de mi energía quedó ahí... un poco de mis alumnos va en mi recuerdo.

"HOLA, SOY RODRIGO RATÓN", ese ratón de la leyenda de Buda, que va "un poco" más allá que el resto, sólo ese poco que basta para ganar. O eso espero... la esperanza no debe morir nunca.

Un abrazo a todos mis ex-alumnos.

Expresiones e inexpresiones

Ha pasado el tiempo, ayer hice mis últimas clases, y en mí quedó un dejo de nostalgia y satisfacción al haber "quemado" una etapa.

Despedidas, gestos de cariño de diversa índole, comentarios varios sobre mi vida en Francia, y quisiera rescatar sólo una idea que me planteó un francés: "Los habitantes del sur de Francia dicen ser más acogedores que en el resto del país... la verdad es que ellos abren los brazos para ti, pero no los cierran". Siento que de alguna forma, Diane también me ha dado a entender lo mismo, pues ella no es de esta región. Yo no lo tengo muy claro, no poseo muchos puntos de comparación, sólo sé que varias expresiones e "inexpresiones" me descolocan un poco, en una aparente torpeza al expresar cariño y relacionarse con los semejantes.

El mismo francés que me hizo el comentario anterior, me dio un fuerte abrazo de despedida. Claro, él lo sabe... vivió muchos años en Chile.