sábado, septiembre 30, 2006

de soledades, compras y bienvenidas...

Sábado por la noche. Estoy solo. Diane ha ido a pasar el fin de semana a Marsella. Va a un curso de danza, y se quedará donde su amiga Celinne, la misma que fue el miércoles al cine, y que al ir de vuelta junto a su madre y hermano, fueron controlados en su auto por la policía, y les estaban pasando un parte por 350 euros. No entendí el motivo de la infracción, pero si entendí que el parte se redujo a 15 euros a condición que la señora le diera el número de teléfono de su hija Celinne… y yo que pensaba que eso no pasaba en Europa. Bien por Chile que tiene a unos señores de verde más cartuchos.

En fin. Es sábado por la noche, y yo no sé adónde podría ir. Las calles están vacías, incluso pasan pocos autos. Me gustaría que alguien pudiera hacerme compañía y conversar un rato con un copete. Pero estoy tomando leche. Lait avec du cafe, et sucre. Hay un azúcar de caña, “La Perruche”, que por el nombre y por el lorito que aparece en el envase, me recuerda a mi tío Perucho… y también porque es “de caña”, jajajaja… Pierre Lillo Novalluna, avec son chien Patan.

Hoy salí corriendo a comprar, llegué al supermarché Geant cuando eran las 20:35, o sea, sólo faltaban 25 minutos para que cerraran. Y eso que es el supermercado “trasnochador” de la ciudad. Tenía que comprar ahora, pues el domingo está todo cerrado… todo muerto. François, el profesor de español, me decía que el panorama actual de los franceses de fin de semana, es tomar su auto y vitrinear los grandes centros comerciales que están en algún kilómetro de las autopistas. Sospechosamente parecido.
En el supermercado casi no quedaba gente. Fui a comprar un cuaderno y tuve que pasar por el sector de electrónica. Impotencia. Al mismo precio que compré el notebook donde escribo estas líneas, veo algunos modelos mucho mejores que el mío. Está bien, para que hacerse mala sangre. Tal vez encuentre accesorios fotográficos a buen precio en Marsella… necesito un trípode.

Me di muchas vueltas, no encontraba los oeufs (huevos) ni la harina. ¿Cómo se dirá harina? …veo un envase de pan. Entre los ingredientes, “farine”… uff… que más fácil. Encuentro los oeufs y la farina; y a la fila. Diviso leche… un litro. Todo sea por la tortilla. Paso por la caja. La cajera ve que los huevos no tienen código de barra. C’est la merde! Me va a hablar y no le entenderé. Ok… la escucho. No necesito entenderle. Me dice que no puede hacer na’ sin el código de los huevos. Yo tampoco digo na’ y sólo le indico con el índice que iré a buscar otro envase, total están cerca. ¿Pensará que soy mudito, extra tímido o tontín? …mmm… Por último, para la otra aplicaré un comodín. Fui a buscar los huevos con código de barras. Ella al fin sonríe y me agradece; supongo que muchos franchutes habrían puesto mala cara ante tal situación. Bon soiré, au revoir y más sonrisas… las únicas palabras y gestos del día fueron amables. Si hasta la habría invitado a tomar una chelita, si tuviera los huevos para eso.

Por hoy nada más que agregar… salvo que por fin hoy pude practicar Tai Chi por hora y media. Bien por eso.

Mmmm… sí, en realidad podría agregar también que ayer viernes fui por fin al liceo. Me recibieron muy bien, la gente es muy simpática, y si me hablaban despacio, les entendía casi todo. Me sentí como “la novedad”, y en cuanto llegué llamaron a la enfermera, Madame González, … españolísima! Y tuvo la gentileza de mostrarme todo el liceo, de indicarme trámites y demases cosas por hacer… el casino donde almorzar por 2 euros, la biblioteca donde trabaja una francesa casada con chileno, una señora simpática y chistosa, y que bien me hizo reír pues hablaba no en español, sino que en chileno… “Por fin alguien me entiende si le digo me voy a echar al pollo, o deja de fregar la pita”, jajajaja… buena, otra viejuja de biblioteca simpática, como las compañeras de mi mamá. Si hasta quedé invitado a cenar algún día.

Luego en la sala de profesores… no diviso a Francois, pero no importa, Madame González me presenta y salta otra profesora de español. Lo habla perfectamente; me explica el sistema y me ayuda para que me conecte vía wi-fi con mon portable ordenateur, pero de nuevo los intentos son fallidos. En fin, no hay urgencia. Ella se va a clases, y una joven profesora a mi lado me habla, y me imagino en una película de Almodóvar: “Me llamo Elena y llegué hace años como tú, pero desde España, me casé y me he quedado. Bien si puedo ayudarte en lo que sea, eh?”. Así ha sido la tónica, buenos recibimientos, no tengo asunto de qué quejarme. Estoy viviendo este viaje aquí y ahora, contento… éste es mi presente y es lo que vale.

Ahora sí… bonne nuit.

jueves, septiembre 28, 2006

Los primeros 3 dias

Lunes 25 de Septiembre de 2006

Se suponía que tendría que haber estado a las 9:00 en el liceo según lo aconsejado por el profe… pero dormí hasta las 17:00 hrs… o sea, dormí unas 16 horas casi al hilo, salvando los ratos en que desperté y no quise levantarme.

Y bien… a diferencia del tremendo día anterior, éste fue mucho más breve y menos agitado. Al levantarme vi que Diane me había dejado una serie de folletos con información de exposiciones de arte, y también un mapa de Istres!! Y marcado donde estábamos y donde está el liceo (a una cuadra, jeje). También en un papel me decía, en inglés, que le gustaría compartir su cena conmigo, y que llegaba alrededor de las 19:45.

Y cuando pasaban las 18, salí a caminar. Lindo día. Lindo lo que quedaba del día. Pues olvidé decirlo… como vivimos en un primer piso, la ventana de las piezas están “selladas” con unos tablones -por seguridad- y no entra luz natural. Por eso no sé como está el día hasta que me asomo por el balcón o por la puerta. Lindo día, y mucho viento.
Pasé por fuera del supermercado, pero era mejor entrar a la vuelta… caminé hacia el centro. Vi la “arena”, donde hacen las corridas de toros. Vi el comercio, las calles estrechas. Muchos… muchos autos. Una ciudad hecha para los autos, no tan amable con el peatón. El estilo nuevamente me hacía recordar más a Buenos Aires que otra cosa. Tal vez… un poco de Valparaíso. Una tienda de fotos. Una peluquería. Restaurantes, cafés, bares… casi todo cerrado!! Y ni siquiera eran las 7 de la tarde. En fin, será mejor volver y pasar por el supermercado. LIDL se llama. Y … estaba cerrado también ! uuff…. De vuelta a casa con las manos vacías.
Ahí estaba Diane esperando que volviera. Y comimos un guiso de pollo mientras me corregía pronunciación, me decía el nombre de algunas cosas en francés, y yo hacía lo mismo en español. Asumo que esta dinámica se repetirá por muchos días más.

Luego me vine a instalar programas al notebook, le mostré fotos de Chile, mis fotos premiadas, mis fotos de la despedida….. y esperé que desocupara internet para conectarme a Messenger; leer, contestar y escribir mails… bajar los audios del primer cd del curso de francés……y así me la pasé entre 0:00 hrs y 6 AM …. En Chile, fue entre 6 de la tarde y medianoche. Cómodo para los chilenos, y yo casi me caía. Y me caí de sueño a las 6:30……..


Martes 26 de Septiembre de 2006

Nuevamente dormí hasta la misma hora. 17:00 …..¿La costumbre de levantarme a las 11 en Chile?...mmmm…. tal vez, pero he sentido un cansancio importante también. Mi pieza es sencilla, tengo un colchoncito en el suelo (creo que era mejor el sofá cama donde la Desi), y un escritorio donde tengo casi todo. Se supone que en los próximos días, tengo que ayudar a Diane a ensamblar un mueblecito para que pueda acomodar mejor mis cosas.

En la sala de baño sólo están la tina, el lavamanos y un pequeño armario. La tina no tiene cortina, y dispone de una ducha teléfono sin soporte superior. Por lo mismo, me tengo que bañar agachado. El calefont es un tremendo aparato ultra moderno que da energía también a las estufas. No hay necesidad de tocarlo siquiera. Las pinzas con Metrogás, esos son unos picantes. Y el “toilette” está aparte: una pieza sola pa’l water. La chambre más importante de la casa.

Hoy por fin me afeité. Ya listo para salir AHORA SI ! al supermercado, encuentro que Diane está en casa, y me tiene listo un certificado de residencia, que necesito para tramitar la visa hasta el próximo año. Ya le he tenido que decir MERCI unas 50 veces. Es muy amable y preocupada, eso es bueno porque me ha hecho sentir bien acogido. Me recomienda que vaya a otro supermercado, pues Lidl lo cerrarán muy pronto. Llego al GEANT… una especie de LIDER, pero de esos Lider gigantes, donde venden incluso electrodomésticos, es la misma onda y del mismo porte. Me paso más de una hora dentro. Hay una cantidad de cosas nuevas por probar… mucho alimento preparado en lata. Mucha sopa extraña. Compro unas cuantas. Cada sopa es cara, de lo más caro que compré. Me llevo un mapa de Marsella además.

Parecerá una tontera… pero me emocioné cuando veo unas paltas que dicen…”de Sudáfrica o de Chile”. Cada una vale 85 centavos de euro, es decir… cada palta por unos 500 pesos. Veo los copetes… no hay pisco. ¿Se podrá exportar?

Cuando paso por caja, veo que el total dice algo de ciento y tanto….. uupps!! Era el equivalente en francos, pero sólo eran 22 euros. Salgo del super… ya está oscuro. Vuelvo a casa. Me anduve perdiendo, pero yo tranquilo… encontré el camino. Creo que me demoré… Diane pensó que estaba perdido… y no estaba del todo errada.

Pensaba preparar una sopa, pero me dijo que tenía la comida de ayer y que había que darle el bajo. Será…. Comamos y tengamos una nueva sesión de “aprendiendo francés y español”. Fue gracioso hoy. Entenderse así no es difícil y hay que usar la imaginación. Decidimos dejar el inglés sólo para emergencias, yo le hablo en español y ella me contesta en francés… y nos traducimos si es necesario. Bien… voy a aprender mucho así.

Y se acabó la comida y aquí estoy…. Escribiendo este largo itinerario cuando ya son las 2:15 de la mañana, mientras he estado escuchando a Joaquín Sabina… y ahora comienza Sui Generis… quizás por qué…………………………..bonne nuit.


Miércoles 27 de Septiembre de 2006

14:20
Hoy me levanté más temprano. Pasadas las 12, a midi et demi. Madrugando a las 6:30 de Chile. Desperté con nostalgia y quisiera volver. Tomo desayuno mirando el soleado día. Vuelvo a mi sucucho oscuro para escuchar música y estudiar algo de francés. Diane está por llegar y me tiene invitado a ver la exposición de unos amigos suyos.

…por la noche…
Fuimos con Diane a la ciudad de Martigues a ver la exposición de fotos de Franck Pourcel. Es un documental en blanco y negro sobre los cambios en torno al “Etang de Berre”. Etang es un lago… pero no es un lago, pues tiene una conexión importante con el mar, que lo convierte en salado. Ellos hacen la distinción entre un ETANG (lo que acabo de describir), y un LAC (lago de agua dulce, como lo conocemos). En Chile, sé que el lago Budi es de agua salada, pero me parece que no tiene una conexión importante al mar.
En Martigues, a orillas del Etang de Berre (al igual que Istres), hay marinas para yates que pueden salir hasta el Mediterráneo.

En fin, la exposición me gustó, me tenté y compré el libro de la misma. Los libros no son más caros que en Chile, y me atrevería a decir que muchos pueden estar más baratos, es cosa de ver la encuadernación, tamaño y número de páginas, y un libro de arte que en Chile puede salir por 60 lucas, aquí cuesta 60 euros.

Cuando volvíamos, la luz era espectacular. Martigues me resultó más atractivo visualmente que Istres. Digamos… más turístico, aunque me falta conocer mucho de la ciudad donde vivo. Tengo que volver solo más adelante.

Vuelta a Istres… los franceses de esta zona manejan como locos. Casi todos los autos son “city car”. Son ciudades poco amigables para el peatón. Punto en contra.

La comunicación con Diane está mejorando. Me da muchos tips de expresiones. Ni idea como se escriben (aunque en realidad sí… tengo una idea), pero lo importante es la fonética. Lo mismo, la hago pronunciar bien el español, y eso termina haciéndonos reír.
Llegando a Istres ella sale a juntarse con una amiga. Irán al cine junto a la mamá y el hermano de la amiga. Me pregunta si quiero ir. De inmediato digo que sí (hay que ir a todas las paradas, digo yo). Se va. Me quedo en casa y pretendo hacer mi sopa… pero me pego a internet por ese rato. Ya tengo que irme, debo ser puntual.

Camino 10 minutos y llego al cine. Tiene 4 salas. Vamos a ver “President”. Está Diane con su amiga. Nos saludamos. Me da la impresión que la amiga se incomoda y me desplazo a leer carteleras y otras cosas. Oooh! Pero que veo! La semaine prochaine (la próxima semana) se estrena “Le parfum, histoire d’un meurtrier”, película basada en el libro del mismo título, de Patrick Süskind. Mi lectura del verano pasado podré verla en pantalla grande. Bien… todo está saliendo demasiado bien, jejejeje.

“Bon soir, le president…”. Son 5 euros. Casi lo mismo que cuesta el Hoyts de la Reina en un día normal. ¿Quién dijo que Francia era cara? No es para tanto hasta ahora. Muestran la propaganda de “Le parfum…”, la sinopsis da la impresión que la película es igual al libro. Habrá que verla. Aunque… en el libro, Jean-Baptiste Grenouille es poco agraciado. En la película, responde claramente al arquetipo hollywoodense. Punto en contra.

Bien… de Le President no tengo mucho que decir, pues debo haber entendido el 0.5% de los diálogos. Casi me dormí varias veces… pero aprecié, sin tanta distracción, la fotografía, la música, la gestualidad de los actores y los errores de continuidad.

Chaolín… para la casa, tomar un té y terminar esta crónica. Bonne nuit.





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La partida... y la llegada

A las 8:30 desperté como por tercera vez, pero ahora sí me levanté. Fue una locura, en menos de 2 horas debía tener todo armado, listo lo del pc y haberme duchado y desayunado. Yo me encargué del pc; mi mamá y Úrsula de los bolsos. Un abrazo con la Tere y el Perucho. Salimos un cuarto para las 11, Carlos voló en el auto mientras yo iba descartando cosas de los bolsos. Era sobre-sobre-sobre peso!!!

En el aeropuerto nos esperaba Andrés Vera. La despedida del amigo. Hice los trámites de rigor, y por ahí apareció Manuel Herrera, el coordinador del programa.
Nos tomamos fotos, nos dimos abrazos… y yo que no había llorado, asomé algunas lágrimas cuando abracé a la Úrsula.

Pasamos policía internacional… y a esperar se ha dicho. Encendí el notebook. No hay wi-fi, que desilusión. Tras largos minutos abordamos. Reconocí a otra asistente y la saludé. Coincidentemente teníamos asiento juntos. Así que nos fuimos conversando buena parte del camino. Paulina, muy simpática ella, mantengo la esperanza que podamos realizar algunos proyectos en conjunto. Y despegamos a las 13:00 hrs. Supongo que habrán esperado este momento para irse del aeropuerto…

Tuvimos que hacer escala en Eseiza, Buenos Aires. Una tontera, terminamos dando vueltas por el aeropuerto entero para volver donde mismo. Encendí el notebook y había wi-fi… pero había que pagar. ¿Valía la pena comprar una tarjeta de 5 lucas para dos horas… por 10 minutos? No. Y volvimos al avión.

Y ahora sí. Rumbo a París, directo, sin paradas. Y Comenzaron las largas horas. Con Paulina enganchamos bien. Hablamos de su proyecto de la “semana de la chilenidad”. También de los posibles negocios con los espárragos de Carlos. Y de subir algún cerrito de los Alpes. C`est genial !

Vi la película Vecinos Invasores. La vi, pero no la vi. Por ahí fue que pude dormir. Lo poco que dormí fue con la película. El panel multimedia de los asientos era de lo mejor, además de las películas había música y se podía ver en tiempo real en que parte del mundo íbamos volando, la temperatura exterior, lo que habíamos viajado y lo que faltaba. Bien… buenas noches… si es que se puede. Mmmmm… no se pudo mucho. Al rato, estábamos con Paulina en la zona de autoservicio. Yo imaginaba algo para comer y unos buenos copetes. Pero sólo era agua mineral, y con suerte quedaba algo de juego y bebida. Me hice chupete el agua mineral. Conversamos con un sobrecargo bien buena onda, nos dijo que hacía días ya que viajaban jóvenes como nosotros. Y la Paulina gestionó con él dos helados. ¡Bien! …y ahora sí… a dormir… si es que se puede.


Domingo 24 de septiembre de 2006

Al “despertar” (después de muchos despertares), el sol daba por la ventana y era imposible mirar. La cortina debía seguir abajo. Viene el desayuno. Aumentan los nervios. Ya volamos sobre España. Y al poco rato sobre Francia. ¿Por qué no bajarse en España y evitar todos estos problemas lingüísticos? Baaa! Es parte de la aventura… aunque cuanto más fácil sería que todos habláramos como “cristianos”.
Aterrizamos en Charles de Gaulle, Francia, pasadas las 11 AM de Francia, 5 AM en Chile. Paulina ya estaba más nerviosa que yo. Ella y los demás asistentes que viajamos en ese vuelo se quedan en París. Yo tengo que hacer un transbordo para llegar a Marsella. Nos bajamos. Despedidas de rigor, abrazos y un hasta pronto… y a correr. Paso por policía internacional. Un pendejo rucio de uniforme me mira feo mientras examina mi pasaporte. “Where do you go?” …Marseille… se repite la pregunta y la respuesta (aún no cacho por qué no me entienden los franceses… ya contaré de eso). Me dan la pasada… y a seguir corriendo. Busco el terminal 2-D. Letreros para llegar a él hay por todos lados. Parece chiste, no llego nunca! Más de media hora dando vueltas. Ya estaba asustado. Cuando al fin… encuentro el sector 2-D, paso por el detector de metales, y creo que me sonaban hasta las amalgamas. Tuvieron que revisarme manualmente, tuve que vaciar mis bolsillos y sacarme chaqueta y cinturón. El vuelo 4667 rumbo a Marsella lo encuentro en la puerta xx. Y a esperar nuevamente, hacer una fila y a abordar.

Cuando estaba por entrar al avión, la manga de abordaje se remece entera, el sobrecargo pone cara de susto y comienza a sonar una sirena. Y yo en medio de la manga. Vuelta atrás al pasillo. Comunicaciones van y vienen. Aparece gente con pinta de técnicos. Tenemos que salir todos del área. Veinte minutos de espera… de nuevo podemos abordar. Encuentro mi asiento. La azafata estaba en mi asiento. Me habla algo que no le entiendo. ¿French o english? Me pregunta… english, of course. Me habla en english… de nuevo apenas le entiendo. Es muy raro el inglés con acento francés. Guardo mi mochila en un locker superior… pero no me separo del notebook. Cuando me siento, veo que estoy junto a una puerta de escape, y que hay un símbolo de “no maletas”. Ahí entiendo… se vuelve a acercar la azafata, y debo dejar mon portable ordenateur junto a mi mochila. Estoy quedándome dormido. No salimos nunca. Los aviones hacen fila para despegar. El sobrecargo es un rucio que me recuerda una mezcla entre el Terminator 2 y el Cote Rivera. Veo a los aviones que despegan hasta que se han perdido entre las nubes. En un momento más alguien verá como nos perdemos entre las mismas nubes.

Al fin despegamos. Me ofrecen dos variedades de sandwish. Sólo entiendo que uno tiene “fromage”. Elijo el otro. También tiene queso. En fin… “¿Y para beber?” Me imagino que dice. “Eau” es mi escuálida respuesta, mientras le indico la botella de agua mineral. “¿Sólo eau?” me parece entenderle. Asiento con la cabeza.

Viaje corto. Como de hora y cuarto. Desde el avión diviso el Etang de Berre. Ahí debe estar Istres. Y la tremenda vuelta que tengo que darme para llegar ahí. Aterrizamos. Au revoir monsieur. Bajo escaleras. Hay un panel luminoso. Las siguientes personas dirigirse al mesón de informaciones: …….RODRIGO Lillo…….. uuuff! Sólo espero que no se haya extraviado mi equipaje, y que no haya pasado por donde no debía.

Encuentro mi equipaje de inmediato, gracias a dios. Me voy con mis maletas en uno de esos carritos… Informaciones…. “Excuse moi. Je ne parles pas tres bien francais…” no alcanzo a terminar, y la señora me dice “aaah!! Rodrigo Lillo?? Habla español ?” uuf, gracias a dios, alguien que hable español en plena Francia. Sí, hablo español…. Aaaah, es que lo ha estado llamando Francois Sanchez, profesor de español, para saber si ya ha llegado.

En fin, esta señora tuvo la amabilidad de llamar directamente al profe, pues yo no tengo tarjeta de prepago (es la única manera de llamar desde teléfonos públicos). Hablo con él, y me dice que me esperará en la estación de trenes de Istres.

Salgo del aeropuerto, veo los buses y la oficina respectiva. “A la gare St Charles, s’il vous plaît“. 8 euros con 50. Ya tengo que empezar a entender los costos en euros.
Llego con mi carrito al bus. Debo acomodar yo mismo mis bultos en el compartimento de carga. La azafata no ayuda. Saco mis cosas y el carrito se me arranca. No sé si tomar el carro para que no se vaya calle abajo o si tomar mis cosas. Me imagino como Peter Sellers haciendo el ridículo. Parece que la azafata del bus se molestó porque no puse bien las cosas y se me arrancó al carro de mierda… en fin. Subí, le pasé mi tarjeta y me senté. Afuera llovía un poco. Sólo un poco, y hacía calor, unos 20 grados. Adentro escuchaba el acento francés sin entender nada de nada. Afuera comenzamos a pasar por carreteras, todas con la misma pinta de las mismas autopistas modernas que conectan Santiago con los alrededores. Afuera llovía, y muchos automovilistas iban con las ventanas abajo y en manga de polera. Al ir entrando a Marsella, me parecía una mezcla de Valparaíso y el barrio Palermo en Buenos Aires. Nada muy maravilloso.

Y llegamos a la Gare de St. Charles. A cargar 50 kilos se ha dicho. ¿Dónde venderán los pasajes? …mmm… ahí está el itinerario. Son las 15:30… y el próximo a Istres sale justo a las 16:00. Entro a la zona de cajas. Tengo que hacer una larga fila, unos 20 minutos de espera. Ya veo a mi alrededor más personas negras. Las jóvenes negras se ven bien atractivas. Al fin es mi turno. La señora tiene cara de simpática. “bonjour, un billet a Istres, s’il vous plaît”. Me mira con cara de extrañeza… Istres… Istres …ah!! Istres!! (para mí sonaba casi igual, pero aún así no me entendió). Me mostró en pantalla donde decía ISTRES. Sí, ahí voy. “One person?”…..jajajaja, le hablo en francés y me responde en inglés. Asiento con la cabeza. Son 9 euros con 20. Lo dice muy rápido. Nuevamente me muestra la pantalla. El tren sale a las 16:55 y llegaré a Istres a las 17:52. Casi una hora para esperar la salida.

No tengo idea de donde sale. En el billete no aparece la VOIE (vía), y en los paneles sólo avisan de las vías cuyos trenes están por salir. Y ahí estaba yo, nervioso, sin saber el lugar exacto de la partida, sin saber si era uno de esos grandes trenes o uno de los feitos… y sin tarjeta para llamar al profesor.

La estación de St. Charles ya es un lugar donde se puede apreciar diversidad étnica mucho más que en el aeropuerto. Por lo demás, el hecho de estar parado sin hacer nada más que observar, hace que uno se fije más en aquello. La mayoría de la gente se ve “normal”. Lo más “anormal” que veo es un viejo gordo con cara de loco que me recuerda al “divino anticristo”, ese que se pasea vestido de mujer por el sector de Portugal – Lastarria en Santiago. Pasan policías fuertemente armados y observan todo y a todos. Cuanto quisiera poder sentarme y tomar y comer algo… pero no se puede.

Cuando sólo faltan 10 minutos para la partida, publican la vía desde donde sale el tren. Me dirijo a ese lugar. Es un tren de los feos. En fin… me doy unas vueltas y decido subir. Bien rasca se veía por dentro. Por cierto, iba en segunda clase. Y se sube el divino anticristo… yo sólo quiero que no se siente al lado mío. Hay espacio suficiente… uuff… menos mal que pasó de largo.

Parte el trencito. No es supersónico. Podría ser un tren bien chileno. Voy quedándome dormido nuevamente. Pero quiero mirar. Veo el Mediterráneo. Grandes barcos de turismo, otros tantos de carga. Muchas marinas y veleros. Las estaciones son chicas… sólo falta que entren con canastos con gallinas para pensar que estamos en Chile. El divino anticristo se para y empieza a recitar una poesía de un libro. Y se ríe, es muy histriónico. Que locura, espero que no quiera sentarse al lado mío a darme la lata. Veo que las puertas no se abren automáticamente cuando el tren para. ¿Cómo se abrirán? …no quiero hacer el loco… observo bien como se hace.

Finalmente llegamos a la hora fijada. Todo el vagón desciende en Istres. Algo tendrá de interesante esta ciudadela para que todos desciendan acá. Afuera llueve más. Cargo mis 50 kilos… tengo que cruzar una pasarela bien chilena para llegar a la estación. Cuando voy llegando del otro lado, veo que abajo está parado un flaco alto de pelo largo, como de mi edad. Ya lo sospecho… “bonjour” me dice… “bonjour” contesto…. ¿Lillo? ¿Francois Sanchez? Ouiiii ….bien el profe se paleteó y me fue a esperar sin que yo lo pudiera llamar. También estaba por ahí la profesora de inglés con la asistente de inglés… de Alaska!! Y nos fuimos en el auto del profe a buscar la casa de mi alojamiento. Él apenas conoce a la profesora que me dará alojamiento. Buscamos su dirección y nos costó dar con ella. No hubo más remedio que llamarla. Y llegamos. Obviamente, tenía curiosidad de saber como era mi anfitriona… si sería una espigada bailarina de aspecto ruso… o con más pinta de cumbianchera… jajajaja… en fin, nos abrió la puerta una mujer más baja que yo, pelo negro, tez blanca y delgada… con un rostro que la haría pasar por cualquier chilena simpática. A decir verdad, salvo los negros y unos pocos rucios, sólo he visto gente …”normal”.

Presentaciones de rigor, el profe de intérprete. Yo encontré todo el lugar muy bien, ella dijo que podría ayudarme con el francés, mientras ella aprende español de mí. Bien por eso. Me instalo, media hora en Messenger y revisando correo. El profe nos invita a cenar.

Partimos con Diane en su auto. La casa del profe no es tan cerca… yo diría que ya se trata de otro pueblo. Nos comunicamos con una mezcla de francés, español e inglés…donde predomina este último. Le cuento de mis proyectos, de por qué estoy acá. Del cine, de la fotografía… ella quiere ayudarme, puede preguntar y hacerme algunos contactos. Vamos llegando, una calle oscura y empinada. Nos recibe el profe. Está con visitas. Saludo a las señoras con besos en ambas mejillas. Conversamos mucho… me interrogan. El profe me hace de intérprete. Su hija de unos 3 años se presenta en español. La señora del profe es muy simpática y siento que me agarra pa’ la chuleta. Comemos unos simples fideos, tomamos un trago local… mucha conversación. Todos salen a fumar. Yo los acompaño. Pasan las horas, mucho bla bla con el profe… y yo lo único que quiero es ir a dormir, aunque la inercia no me hace sentir del todo el cansancio.

Se acaba, nos vamos… nuevamente en el auto tratando de comunicarnos. Sólo lo logramos a veces. Bien… ya es hora de dormir. Bonne nuit !




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miércoles, septiembre 27, 2006

La despedidaaaaa


Muchas gracias a todos los que me acompañaron!!















Viernes 22 por la noche...


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domingo, septiembre 03, 2006

Y pasamos Agosto!

Hace unas semanas, escribí en Distancia Focal una crónica sobre la nostalgia en la fotografía chilena, reflexión realizada a partir de una vivencia personal que me remontó a 19 años en mi pasado.

Tiendo a pensar que gran parte de mi vida gira en torno al pasado, a pequeños giros que toman algo ya ocurrido y lo recrean en el presente. Como también se mueve por angustias y esperanzas de futuros inciertos… pero sin duda el pasado es algo que se puede encerrar, manipular, atesorar (de “memoria y patrimonio” hablan los ‘cultos’)… y así me convierto en una especie de enciclopedia de mí mismo, un Julio Martínez que asocia trozos de la Historia con vivencia personales; un coleccionista, un arrumbador de fotos, cintas, recortes, diarios, revistas, libros… y cuanta cosa sienta interesante y que me costará mucho deshacerme de ella. Lo paradójico es que mucho de ese material es probable que no vuelva a verlo ni menos revisarlo con atención. ¿Compulsivo? ¿Obsesivo? … tal vez sería bueno desprenderme de tanto pasado, para de una vez vivir bien el presente.

Pero… me dedico profesionalmente al pasado. Soy fotógrafo y proyecto de cineasta documental. Siento necesidad de escribir y guardar mis escritos. Y hablando del pasado y JM, y si bien el fútbol poco y nada me importa, tengo muchos recuerdos en relación a este deporte. Sin ir más lejos… hoy se cumplen 17 años (exactos, y también era domingo), del “Maracanazo”, aquel episodio en que un desesperado Cóndor Rojas habría recibido una bengala de parte del público brasilero. Ese día estábamos en un retiro espiritual, EFFE (Encuentro en Fé del Colegio Francisco Encina)… instancia más conocida por todo el mundo como EJE. Era 1989, primero medio… yo casi cayéndome de la foto, en medio de un grupo que en su mayoría me resultaba extraño. Personas que parecía serían grandes amigos, pero que muy pronto nos alejamos como suele ocurrir. Una buena experiencia.

Por otro lado, si de futuros inciertos se trata, el profesor de Istres volvió a comunicarse conmigo, así que me quedo un poco más tranquilo respecto a lo que será mi alojamiento. Sobre la prueba de francés, “sólo sé que nada sé”, no tuve que rendirla, pues quedé eximido al haber aprobado en marzo. En fin… por ahí me han dicho que tengo facilidad para los idiomas, y que no me resultará tan complicado.

Sobre mi presente, como quien diría por ley de Murphy, me han estado solicitando trabajos (remunerados) en buena cantidad el último tiempo. Cuando me voy, me empieza a ir bien. Al menos me voy más tranquilo económicamente.

Y el homenaje de la foto de arriba es para mi abuela… que hace 5 años no pasó agosto. Un beso para la Ema, haré salud por ti en tierras galas, con champaña de verdad.