Y pasamos Agosto!
Hace unas semanas, escribí en Distancia Focal una crónica sobre la nostalgia en la fotografía chilena, reflexión realizada a partir de una vivencia personal que me remontó a 19 años en mi pasado.
Tiendo a pensar que gran parte de mi vida gira en torno al pasado, a pequeños giros que toman algo ya ocurrido y lo recrean en el presente. Como también se mueve por angustias y esperanzas de futuros inciertos… pero sin duda el pasado es algo que se puede encerrar, manipular, atesorar (de “memoria y patrimonio” hablan los ‘cultos’)… y así me convierto en una especie de enciclopedia de mí mismo, un Julio Martínez que asocia trozos de la Historia con vivencia personales; un coleccionista, un arrumbador de fotos, cintas, recortes, diarios, revistas, libros… y cuanta cosa sienta interesante y que me costará mucho deshacerme de ella. Lo paradójico es que mucho de ese material es probable que no vuelva a verlo ni menos revisarlo con atención. ¿Compulsivo? ¿Obsesivo? … tal vez sería bueno desprenderme de tanto pasado, para de una vez vivir bien el presente.
Pero… me dedico profesionalmente al pasado. Soy fotógrafo y proyecto de cineasta documental. Siento necesidad de escribir y guardar mis escritos. Y hablando del pasado y JM, y si bien el fútbol poco y nada me importa, tengo muchos recuerdos en relación a este deporte. Sin ir más lejos… hoy se cumplen 17 años (exactos, y también era domingo), del “Maracanazo”, aquel episodio en que un desesperado Cóndor Rojas habría recibido una bengala de parte del público brasilero. Ese día estábamos en un retiro espiritual, EFFE (Encuentro en Fé del Colegio Francisco Encina)… instancia más conocida por todo el mundo como EJE. Era 1989, primero medio… yo casi cayéndome de la foto, en medio de un grupo que en su mayoría me resultaba extraño. Personas que parecía serían grandes amigos, pero que muy pronto nos alejamos como suele ocurrir. Una buena experiencia.
Por otro lado, si de futuros inciertos se trata, el profesor de Istres volvió a comunicarse conmigo, así que me quedo un poco más tranquilo respecto a lo que será mi alojamiento. Sobre la prueba de francés, “sólo sé que nada sé”, no tuve que rendirla, pues quedé eximido al haber aprobado en marzo. En fin… por ahí me han dicho que tengo facilidad para los idiomas, y que no me resultará tan complicado.
Sobre mi presente, como quien diría por ley de Murphy, me han estado solicitando trabajos (remunerados) en buena cantidad el último tiempo. Cuando me voy, me empieza a ir bien. Al menos me voy más tranquilo económicamente.
Y el homenaje de la foto de arriba es para mi abuela… que hace 5 años no pasó agosto. Un beso para la Ema, haré salud por ti en tierras galas, con champaña de verdad.
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