sábado, agosto 16, 2008

Cerro Pochoco


Facebook es la aplicación de moda en Chile, como también es moda juntarse con antiguos camaradas de infancia contactados gracias a esta masiva aplicación. Desde mayo de este año soy uno más en la red, y así he podido tener gratos reencuentros con gente que sigo estimando mucho. Fue a mediados de junio que 4 compañeros de la básica nos juntamos a conversar con unas cervezas junto a nuestro profesor jefe.

Entre todas las intenciones y promesas que se declaran durante una entusiasta velada con alcohol, la más cierta resultó ser la que nos propusimos el profe Sánchez, el compañero Canales y quien escribe: subir el Cerro Pochoco.

Leer más del recorrido y ver las fotos

Tras algunos problemas de coordinación, subí el cerro con ellos... pero cada uno en jornadas diferentes.

Expedición UNO: profe y alumno

Luego de juntarnos muy temprano, llegamos a la Plaza San Enrique, para luego doblar por Pastor Fernández y el Camino el Alto, al final del cual se encuentra el Observatorio del Cerro Pochoco, perteneciente a la ACHAYA, lugar donde en 2001 hice un interesante curso introductorio a la astronomía. Desde entonces no venía a este lugar, ubicado a 1.050 msnm.

Cuando recién pasaban las 8 AM, ya había unos pocos vehículos estacionados. Es que la subida a este cerro es paseo de fin de semana de muchos grupos, o lugar de entrenamiento para otros que están pensando en subir cumbres más altas.

Pasada la mitad de la ascensión, una gran sorpresa me pilló con la cámara de fotos muy guardada: dos cóndores dando vueltas a muy corta distancia; de hecho, la primera vez no pasó a más de 10 metros de nosotros, pero cuando logré sacar la cámara, sus giros ya eran mucho más lejanos.



Aunque el profe en un principio pensaba que no alcanzaría la cumbre, llegó sin problemas hasta el final del recorrido.



Desde la cumbre del Pochoco (1.805 msnm), ésta era la vista a Santiago. La contaminación se ve mucho más concentrada hacia el poniente de la ciudad.


Luego de un buen descanso con comida y conversación, volvimos al punto de partida. Personalmente me resulta más cansador el descenso, pues trabajan secciones musculares del cuádriceps que poco y nada ejercitamos en la vida diaria. El dolor producto del ácido láctico duraría 3 días más.

Expedición DOS: los viejos camaradas

Aunque el profe no anduvo nada mal la vez anterior, habría que considerar la diferencia de edad que me aventajaba. Sin embargo, en esta segunda ocasión, era una notable diferencia de estado físico y kilos la que me ponía en desvantaja. Pero como dice Gokú, "hice mi mejor esfuerzo".

Al llegar al pie del cerro, cual no sería mi sorpresa al encontrarme con un gran fotógrafo y antiguo profesor, don Álvaro Hoppe, quien por vez primera emprendía este paseo. Se le veía algo preocupado por el trabajo físico que implica esta subida, pero como buen principiante, llegó a la cima.

Sobre una gran roca nos encontramos con un perro que parecía esperar a un amo que nunca llegaba. Aprovechamos este lugar para descansar un momento y admirar el paisaje.


La montaña de los fotógrafos (Hoppe y su modelo de bolsillo)


Santiago se veía más contaminado que durante la anterior ascensión


Vista hacia la clínica del doctor Valdés, donde se opera la gente "pobre" de este país, como don Sebastián Piñera.


Esta vez no nos bastó con llegar a la cumbre del Pochoco, sino que seguimos un poco más hacia arriba y hacia dentro del cajón, llegando a la cumbre del Lomo de Vaca, donde encontramos estos paisajes:

Vista hacia el centro de esquí El Colorado
Con el Cerro El Plomo de fondo



En esta ocasión, el descenso se me tornó el doble de pesado que durante la primera vez, pues estábamos más alto, y porque ahora no era yo quien marcaba el paso. Llegando nuevamente al Pochoco, pudimos ver que la nube de mugre cubría gran parte de la ciudad, internándose incluso hacia el cajón donde nos encontrábamos


Y aunque en este día sólo vimos unos cóndores muy a lo lejos, tuvimos cerca a un amigo alado que hurgaba con su vista por si algo de nosotros era comestible. Es esperanzador que las aves rapaces estén volando libres en estos lugares tan cercanos a la ciudad, en tiempos en que la gente es más consciente respecto a la convivencia junto a la naturaleza. O más bien, esperemos que así sea.




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8 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido alumno gracias por la naración del encuentro y la subida al cerro.

Espero se repita.


Luis Sánchez V

Padyta dijo...

Que suerte!!!
Subi hace como un mes ese mismo cerro y no tuve la suerte de ver condores.
Pense que no llegaba pk iva la ritmo de gente habituada a subir...nos pillo una lluvia descomunal y nieve en la cima, pero la bajada fue genialmente dificultosa por el barrial :P.
En fin la montaña es un bello y placentero lugar

Saluditos!!!

Rodrigo González Lillo dijo...

¡Lluvia! ¡Qué complicado moverse así!
Yo me voy a la segura, y no subo ante indicios de aguacero.

Desde el Lomo de Vaca vimos la ruta que hacían los cóndores, que bajaban de la cota mil, casi a los pies del Pochoco, y luego volvían en una corriente que los llevaba hacia el cordón donde está El Plomo.

cochayuya dijo...

Espectacular!...agradable relato y hermosas fotos, sobretodo la ultima. ;)

origanimal dijo...

:O
que buena!!!!
vamos??? invitamos a la padyta

Rodrigo González Lillo dijo...

¡Juaa! ¡Te quiero ver a la vuelta!

origanimal dijo...

lo dices x que me puedo quedar dormida???
jajaja
ya fome
vamos!!!

Unknown dijo...

Y ahora, la tercera :P
Lindo relato... que hacía el perrito allá?? buscando a su Mocha perdida!!
Preciosas fotos !! me encantan ! :)