La Renga en Chile

“Caminito al costado del mundo, por ahí he de andar, ser socio de esta sociedad me puede matar”. Esto puede leerse al pie de esta bitácora desde que fue creada, y corresponde al estribillo de El Revelde, quizás la canción más conocida de La Renga, y un himno a los que alguna vez nos bajamos desde la gran carretera de vida que quiere imponer la sociedad. Es más, la rebeldía de escribirlo con “v” y no con “b” no es casual.

La Renga es un grupo argentino de rock clásico, riffs, algo de vientos, una profunda voz rasposa y letras bien elaboradas. Su música tiene la pasión y fuerza para que miles de argentinos y chilenos sigan sus pasos, y el 10 de septiembre pasado no iba a ser la excepción: Radio Futuro -la radio del rock en Chile- convocó a una obra de caridad para ir en ayuda de un hogar de ancianos. El gancho: aportando con un kilo de alimentos no perecibles, uno se llevaba a cambio una entrada para ver el documental “Tripa y corazón, la historia de La Renga en Chile”. El resultado: un éxito, 1.200 kilos de alimentos recaudados, y cientos de personas enardecidas gritando (cantando) los temas de La Renga que aparecían en esta película proyectada en una pantalla grande de la Ex Oz. Pero no sólo sería eso… pues habría una sorpresa que no muchos imaginaron...

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Pero para hablar de eso, hay que remontarse a 2002 ó 2003, cuando tiempo después del concierto que dieron en el Estadio Chile (Estadio Víctor Jara), se anunció un evento algo extraño, pues tocarían algunas bandas chilenas en el Teatro Novedades -incluido un tributo a La Renga- con un precio que no parecía muy atractivo. Lo que pocos imaginaron es que una vez presentadas las bandas, fue que la mismísima Renga aparecería sobre el escenario sin haberse siquiera insinuado la idea, dejando en éxtasis a los fanáticos que tuvieron un concierto más íntimo de lo habitual.

Volviendo al presente, y tras ver el documental (bien malo en verdad, pero lleno de presentaciones en vivo, que es lo que más esperan los fans), la sorpresa nunca anunciada ni insinuada, pero ya sospechada por varios de los asistentes, se hizo nuevamente presente: La Renga abría este mini recital saludando con su “Hola a todos , yo soy el león… rugió la bestia en medio de la avenida…”. Quedó la cagá… pero ni tanto. Tuve que cuidar mi cámara fotográfica ante los empujones; una acompañante no pudo con éstos y -casi- cayó al suelo, mientras con una mano la sostenía y con la otra me arrimaba la cámara.




Finalmente, se lanzó un anuncio fuerte y claro: La Renga tocaría en el Velódromo del Estadio Nacional el sábado 17 de enero de 2009.


El Revelde y muchos otros temas fueron una de mis más grandes compañías en momentos de soledad en Francia. Me hicieron sentir un poco más cerca de casa, y volver a escuchar estas canciones, pero esta vez en vivo y en mi tierra, reconfortan el espíritu de una manera diferente.


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