jueves, mayo 24, 2007

Pequeños grandes trenes... y una noche por la ciudad


Bien por la tecnología francesa en sus trenes ultrarrápidos, que sigue expandiendo sus redes de una manera impresionante. De hecho, se trata de ALSTOM, la misma empresa que fabrica los vagones del Metro de Santiago.

El TGV corre sobre grandes líneas para soportar sus grandes velocidades. Por ejemplo, el recorrido entre Paris y Marsella, que en un tren “normal” se desarrolla en algo más de 10 horas, el TGV lo hace fácilmente en 3 horas. Pero está la contraparte: para llegar a “Beverly-Histres”, el ramal demora una hora en andar poco más de 50 kilómetros… y si es que el tren pasa, porque cuando no son las huelgas, son los arreglos técnicos (¿? Yo siempre vi todo igual). Así fue como en varias oportunidades aumenté mi colección de canas al ver frustradas mis intenciones de salir de este pueblo-isla… porque les recuerdo que si no tienes auto en Francia, eres más tercermundista que en Chile.

A pesar de todo, a veces tales fallas ferroviarias se agradecían, pues en un par de ocasiones me hicieron imposible llegar a mis clases más odiosas de Miramas. Nada que hacer ahí, pero al menos fueron tardes de “alivio”.




Además, el horario del último tren entre Marsella e Istres es casi tan temprano como la hora en que se acuestan los franceses: 20:40 hrs. (obviamente, hay una exageración burlona). Y como los vuelos desde Madrid llegan a las 21:00 hrs… es que este escrito está siendo plasmado en mi libreta, a las 3 AM sentado “solo y abandonado” en una banca con vista al Puerto Viejo de Marsella (Como se ve en las fotografías precedentes). No quise gastar en hotel, y aún me quedan 3 horas para tomar el primer tren… si es que no hay “arreglos”.

Aprovecho de desmentir el mito sobre lo peligroso de Marsella. Al menos aquí en pleno centro turístico, parece más tranquilo que barrio de jubilados. Supongo que depende del sector y del momento del día. Aun así, esta gracia nocturna no recomiendo que la haga ningún turista en Santiago de Chile. Pero también… depende del barrio y de las circunstancias. En el centro de Santiago, sería para estar con el culo a dos manos.

Bien… finalmente monto el tren, y tanta espera siempre entrega como regalo un precioso recorrido junto al mar y las playas locales. Es la belleza de este ramal, eso que no entregará nunca el tren más rápido del mundo.






No hay comentarios.: