domingo, enero 06, 2008

La muerte a la vuelta de la esquina


Ñuñoa, Santiago de Chile, Domingo 6 de enero de 2008

9:45 hrs. Una madre llora a gritos la muerte de su hijo. La escena es impactante y mis ojos se humedecen.

8:50 hrs. Doy mi primer disparo.

8:36 hrs. Mi sueño es interrumpido por mi madre (asunto que no acostumbra), quien me avisa de un accidente que ocurrió a la vuelta de la esquina. Me levanto y en 5 minutos ya estoy en la calle con mi equipo fotográfico.

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8:30 hrs
. Mi madre llega al sitio del accidente. Hay 3 muertos en la calzada, todos cubiertos con plásticos junto a estelas de sangre. La prensa ya ha llegado. Tras unos minutos, mi madre corre a avisarme.

8:25 hrs. Mi tío Pedro sale de la casa para volver a Illapel, pero en la esquina se encuentra con la calle bloqueda con cinta plástica. Uno de los cuerpos yace junto a un vehículo todo terreno destrozado en su parte posterior. Las ambulancias ya se han ido con los 5 heridos, varios de gravedad. Mi tío corre a casa para avisarle a mi madre, quien ya estaba en pie.

8:10 hrs. Bomberos ha sacado a quienes estaban atrapados, y las ambulancias van rumbo al Hospital Salvador.

7:39 hrs. Al sentir el estruendo, dos vecinos corren hacia Avenida Ossa. El panorama es de pesadillas: varios cuerpos tendidos en el pavimento, unos inmóviles, otros pidiendo ayuda. Algunos siguen en el vehículo, pero están con vida. El conductor fue salvado por el cinturón de seguridad. Una mujer de 47 años fallece a los minutos junto al Hyundai Galloper.

7:35 hrs. Mi tío Pedro, recién levantado, siente el estallido producido por el choque del vehículo de placa TY-7691 contra un árbol, el segundo árbol de la acera norponiente de la esquina de Avenida Ossa con Hannover. Un joven de 22 años y una mujer de 18, embarazada, salen proyectados fuera del vehículo. Mueren instatáneamente.

7:10 hrs
. Esteban Vistoso Aguilera, de 19 años, está al volante del vehículo que conduce a buena parte de su familia. Trabajan para una productora de eventos, y luego de una extensa jornada nocturna en un matrimonio realizado en Lo Barnechea, se dirigen a su hogar en Puente Alto. Esteban no ha bebido alcohol, pero va muy fatigado, y quiere volver pronto a casa para estar tranquilo junto a su novia, quien lo acompaña en sus labores a pesar de su embarazo de dos meses.



Todo lo narrado es real, una mierda para empezar el día, era imposible abstraerse de la pena de los familiares. Y ay por el dolor de todos ellos.
¿Por qué tomé las fotografías? ...porque es parte importante de mi oficio hacerlo si estoy frente a una noticia, sea factible de publicar o no. Con el correr de las horas estaban todos los medios presentes, así que mis posibildades de freelancer ya eran nulas. De hecho, pueden leer esta noticia en Emol, La Tercera, La Nación, o en todos los noticiarios de esta noche, donde tal vez vean a un fotógrafo de pelo largo y gorra amarilla de Le Tour de France.

¿Muy rudas estas imágenes para mis fieles lectores? Pues no es nada, a diferencia de otros países de América Latina, la ética periodística autoimpuesta en Chile no permite explicitar en imágenes este tipo de situaciones. Y hace ya unos 70 años, Weegee se convertía en un Maestro de la Fotografía por sus imágenes policiales.



Esperemos que esta familia pueda encontrar prontamente su paz.




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