martes, enero 08, 2008

Mapuche a mil


Simpatizo con la causa Mapuche. Llevamos poco menos de 500 años de pasar por encima de éste y otros pueblos originarios. No bastó con exterminarlos en Argentina, ni con los más de 300 años de guerra continua entre Arauco y el Estado chileno, ni con quitarles extensos territorios, ni con pasarse por la raja su cultura y obligarlos a vivir al modo europeo de las Américas.

Su naturaleza es guerrera, luchan hoy por dignidad y por recuperar aquello que les fue despojado. "El conflicto mapuche" -otro eufemismo chileno- ha tomado fuerza en los últimos días, sobre todo después de la muerte de un joven universitario de esta etnia, en una situación muy extraña. Hoy se les aplica la ley antiterrorista y se les sigue ignorando, el Gobierno formado por políticos que alguna vez les prometieron recuperar su dignidad, sólo da vergüenza ajena al ver la ineptitud con que "gestionan" estos asuntos.

Es entendible entonces que ocurran actos como bombazos, incendios, atentados. No justifico la violencia, pero por dios... son cientos de años de humillación, y ni siquiera estamos hablando de una insurrección ni de una proclamación de independencia. ¿Cómo es que en 18 años de gobierno han podido avanzar tan poco en estos temas? ¿Por qué la cultura mapuche sigue asociada al pobre, al marginal, al indio pícaro de feria artesanal? ¿Por qué no existen las políticas educacionales de valorización, como sí existen en Nueva Zelandia o Australia? ¿Por qué un joven europeo puede aprender su dialecto regional, y por qué en Chile no existe ninguna instancia sistemática para que los huincas tengamos acceso e incentivos al aprendizaje del mapudungun?

Para mí la respuesta más lógica es el miedo y la ignorancia. Miedo a que tengamos un Chiapas chileno, ignorancia de no entender como explota todo aquello que se presiona más allá de lo permisible.

Por su parte, es entendible pero a la vez penoso como los mapuche desarrollan muchas de sus acciones. Quisiera que aquella desconfianza natural se relajara un poco en ellos, y pudiéramos ver mayor divulgación de su cultura. Si el orgullo de ser chileno está asociado al orgullo mapuche, no habrá gobierno que pueda oprimirlos más.

Y la tolerancia es parte de esto también. El pasado 3 de enero, se inauguró el festival de teatro Santiago a Mil, con una obra gratuita frente al Palacio de La Moneda. Pocos chilenos van al teatro, principalmente porque es caro y no existe mucha cultura al respecto. Iniciativas como el teatro callejero gratuito, y de calidad, sólo pueden ser agradecidas y aprovechadas. Y aunque el día anterior haya ocurrido el asesinato de un joven mapuche, no parece muy acertado por parte de los adherentes a este pueblo, que interrumpan este espectáculo con sus consignas. Al evitar que el público disfrute de este regalo, no están protestando contra el Gobierno, sino que contra el Pueblo. Apoyo las manifestaciones hechas antes y después... pero nunca una que interrumpe el trabajo artístico de otros.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, al leer lo que publicaste como "Mapuche a mil" me queda una sensación ambigua, una contradicción entre casi todo el articulo y el último párrafo en particular. Cuando rechazas la interrupción de una actividad artística para protestar y plantear un problema social actual.
A medida que leo, veo en lo que decís mucha comprensión con las reivindicaciones de los pueblos originarios de Nuestra América(soy argentina), comprensión de la Historia y también de los roles que jugamos en ella los blancos descendientes de europeos. Nuestros tristes roles, que podemos elegir no repetir y pa´eso creo se necesita comprensión como la tuya. Pero un poquito mas también, porque nosotros tenemos una visión burguesa al fin. Quiero decir, vos pedís tolerancia pa´ no interrumpir una actividad artística que es un regalo poco común, pero ante la vida de un pibe joven y su asesinato qué tiene para decir "Santiago a mil"? y si no tiene nada para decir, qué le pasa a esos artistas o al festival? Hay urgencias. Hay cosas que tienen que ser dichas y entonces se busca un lugar donde parece que nos van a escuchar. Es de nosotros los burgueses pretender que se respeten las formas, que el festival no sea interrumpido, y tenemos argumentos válidos, pero también nos olvidamos de la vida. Y son ellos, los que fueron marginados, oprimidos y despreciados quienes le dan el valor que se merece a la vida y nos recuerdan que un festival de arte que ignora la injusticia de que haya quienes controlan la vida y la muerte de nuestros hermanos, no hace arte, no del todo. Hace un objeto más de este mercado que solo nos habla del exitismo de "pertenecer", de mantenernos dentro de sus cánones, de hacer cosas grosas, de ser alguien. Creo que ese grupo de mapuches o sus “adherentes” como escribís se arriesgaron a gustar y disgustar con su acción, y ahí también hay mucho arte, en el riesgo y en proponer algo y aceptar que no todos nos sigan. Y también creo que si nosotros, o por lo menos yo, me doy cuenta de que sus heridas también son mías, que no solo mataron a un mapuche, mataron a un pibe, loco, también me lastimaron a mi, siendo argentina y todo. Y toda la opresión y la mierda y el maltrato a los pueblos originarios y la aniquilación de su cultura me hacen una persona mucho menos completa y mucho menos rica humana y culturalmente , me hacen mucho menos feliz.
Sé que no estuve ahí, de hecho estuve muy lejos, así que tal vez escribo giladas, pero tá, me parece piola tu blog y vale compartirlo y de última equivocarme. Gracias por la oportunidad.
Tere, actriz y estudiante de teatro de Buenos Aires.
pachamama81@hotmail.com

Rodrigo González Lillo dijo...

Hola Tere, muchas gracias por tu comentario.

Me parece que en mi artículo fui claro en mi postura, la que en resumen es: "Apoyo al pueblo mapuche y sus reivindicaciones, pero no muchas de las formas en que actúan ellos o sus simpatizantes. Menos apoyo al gobierno que ha sido un incompetente en esta materia."

Lo que tú llamas actos burgueses (el teatro en la calle) son las únicas oportunidades en que miles de santiaguinos disfrutarán del teatro, pues no tienen los medios económicos para ir a una sala, e incluso muchos -probablemente- no tienen la educación para siquiera haberse interesado antes. Dichos regalos populares -y de calidad- creo que no se pueden desperdiciar. En este contexto, la manifestación por el joven asesinado poco aporte era en ese momento. Muchos asistentes querían batirse a golpes con los que no dejaban ver el espectáculo. ¿Resultado o impacto de esa acción? Muy cercana a cero. ¿Rechazo producido entre los asistentes? Alto. ¿Nuevos adherentes a la causa? Cero; incluso más de alguno no me extrañaría que no quiera saber más de temas de mapuche.

Al día siguiente... y al siguiente... y por muchos días, muchas personas se manifestaron frente al Palacio de La Moneda, tiñeron el agua de rojo y se dejaron ver por televisión. Así, sin destruir el trabajo de otros, parece mucho mejor, e incluso más efectivo comunicacionalmente.

En general, me molesta de los movimientos indigenistas en Chile cuando éstos pasan por gritar "COMPAÑERO! PRESENTE!" alzando el puño izquierdo y pensando sólo en acciones reaccionarias e impulsivas, sin razonar una mejor estrategia (como lo que pasó con la obra de teatro). Es decir, asociado a política de extrema izquierda, asuntos añejos que huelen principalmente a discordia y poco aceptados por la mayoría. Las reivindicaciones indígenas deben ser un tema transversal sin color político (aunque unos sectores políticos apoyen más que otros, eso es clarísimo, pero aún así ninguno ha dado soluciones), deben armarse redes de colaboración y establecer estrategias de largo plazo. Si bien las acciones puntuales pueden ser justificadas y hasta necesarias, da la sensación de no existir estrategia alguna que vaya involucrando a la sociedad entera. Me parece muy errada la táctica de ir separando al "chileno" del "mapuche", asunto que genera identidad en unos, pero bastante de odiosidad en ambos.

Es mi humilde opinión en un tema altamente complejo. Quisiera que todos pudiéramos dar un aporte por pequeño que sea, al menos interesándonos en nuestras culturas originarias.

Un abrazo a la distancia.

Anónimo dijo...

Que tal Rodrigo, soy Tere. Gracias por contestar de manera tan completa.
Tu respuesta me aclaró algunas cosas que no entendía.
Desde un comienzo comprendí tu posición de apoyo al pueblo mapuche, y no pretendí criticar tu postura. Mi deseo era dialogar sobre lo me parecía contradictorio. Y escribi desde un lugar emocional y curioso.
Me resulta un poco difícil decirte lo que pienso no quiero ofenderte ni a vos ni a nadie y no tengo la certeza de poder hacerlo por las diferencias culturales y de vivencias políticas, pero bue,... sabe comprenderme. Me parece que vale la pena.

Creo que cuando me contás sobre lo poco estratégicas que son ciertas acciones de la izquierda extrema en Chile me queda mucho mas claro a qué le pedís tolerancia en tu articulo, y me parece muy importante que eso este claro. Muy importante.( Yo soy de izquierda, no tradicional, y no me parece fundamental que las personas sean de izquierda o no. Si me parece fundamental ser humanos y punto, tratar de cuidarnos un poco más entre todos.) Creo que salvando las distancias acá pasan a veces cosas parecidas con los partidos trotskistas, quiero decir a veces la izquierda tradicional es muy cerrada. Pero la diferencia es que nadie quiere tirarles piedras. O no necesitan llegar al extremo de interrumpir actividades culturales populares para que los escuchen. Por lo que vos escribís, yo pediría tolerancia para los dos lados. Esta es mi visión y sé que es ajena a tu sociedad. Igual si me parece llamativo que varias veces me encontré chilenos que están muy disconformes con la izquierda. Disconformes al punto de identificarse más con la derecha -a pesar de ser progresistas, mas de centro- sólo para oponerse a una izquierda que vaya a saberse porqué genera tanto rechazo. Eso me sorprende. Y un poco entristece porque la democracia se construye , creo integrando y no rechazando. Igual nosotros no estamos mejor ni peor, acá pasan cosas distintas. Tengo la sensación de que ustedes tienen una gran sensibilidad con esto de la izquierda y me pregunto por qué, si será que es muy intransigente y defensiva o será por consecuencias de la Historia.

Quiero aclararte algo más que es que cuando yo nos identifico( me incluyo) con burgueses me refiero a un grupo cultural urbano que lleva determinada forma de vida mas occidental y que por lo tanto defendemos cierto tipo de legalidad y algunas cosas que tienen que ver con como vivimos, una mentalidad que es típica de clase media muchas veces. Se que no están muy bien usadas estas las palabras.
El teatro callejero me parece una de las expresiones populares más hermosas y que más feliz me hacen y no la identifico históricamente con los intereses burgueses, si no mas bien populares. Oportunidad para las personas para participar de una acción culturalque no esta mediatizada por la plata y nos permite mezclarnos todos con todos y ser iguales (aunque sea una de esas igualdades ilusorias del sistema porque termina al volver a casa, como en la canción “Fiesta” de Serrat). Lo que yo caracterizaba como muy burgués o pequebus, como diríamos acá, es esto de ante una protesta por la muerte de alguien lo más relevante pase a ser la continuidad del festival o la agresividad de la protesta. Ese deseo de no interrumpir el festival y que busquen otro momento es un rasgo cultual de nuestra cultura burguesa de clase media (aunque no se sea de clase media), no esta mal ni bien, es un rasgo que tenemos nada más. Y me da la impresión que ante ese deseo/rasgo , más la modalidad tal vez agresiva de la protesta se había perdido de vista el motivo de la misma que es lo realmente relevante. Tá, gracias de nuevo por tu respuesta, me gusta aprender.
Va con un abrazo

Unknown dijo...

La violencia en los casos reivindicativos es más bien contra productivo, produce más fortalecimiento negativo que otra cosa respecto a la opinión pública.
También se entiende la expresión incontrolable de quien sufre humillaciones.
Mejor actuar en el sentido en que nadie sea humillado sino que pueda expresarse de forma enriquecedora para todos.
Muchas gracias pa'ti Rodrigo.