Así como París tiene la Torre Eiffel, o Londres, Tower Bridge y el Big-Ben; Barcelona posee una obra monumental que es visita obligada: el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, la genialidad más conocida del arquitecto catalán Antoni Gaudí.
La primera particularidad que podemos notar, es que este templo aún está en construcción, proceso iniciado... ¡Hace más de 100 años! Los periodos de guerras retrasaron su ejecución, pero sin duda es la complejidad diseñada por Gaudí lo que impone un paso tan lento. De las 18 torres proyectadas, sólo se han levantado 8, así es que durante varios decenios más, las grúas seguirán siendo parte de la arquitectura del templo, y en una fotografía más vale aprovecharlas que evitarlas.
También podemos ver la magnífica inspiración que tomó de la naturaleza. Baste apreciar las columnas interiores que se disponen como ramas de árbol, o tantas terminaciones que semejan semillas o flores, todo conjugado en hiperboloides y helicoides de una riqueza absoluta.
Gaudí es un genio de la arquitectura no sólo moderna, sino que de todos los tiempos.