martes, agosto 14, 2007

Y ahora que regresé...


Hace un año, antes de mi partida a Europa, me preguntaba si cuando regresase podría ver alguna novedad respecto a la inminente contrucción de la Autopista Vespucio Oriente, que separaría salvajemente las comunas de Ñuñoa y La Reina, rompiendo la tradicional convivencia peatonal entre ambos sectores.

Estas grandes heridas urbanas, que si bien solucionan -en parte- un problema que siempre puede ser resuelto de diversas formas, ya han marcado una diferencia sobre lo que es la ciudad a uno y otro lado, siendo la Carretera Panamericana (o Autopista Central, para quien guste de los neologismos), el caso clásico de un Santiago que quedó dividido en dos.

Además, la instalación o construcción de grandes obras civiles, en Chile son decididas a puertas cerradas, de espaldas a la ciudadanía, casi como si se tratara de poderes fácticos. Según la ley de bases del medio ambiente, existen períodos de participación ciudadana, los cuales resultan ridículos ante la diferencia de recursos y de acceso a la información que hay entre la sociedad y los ejecutantes del proyecto. Y si bien hace unos 10 años, cuando la ley estaba fresca, hubo mucha participación en contra de proyectos emblemáticos como fueron la Autopista Costanera Norte y la Central Hidroeléctrica de Ralco; hoy los ánimos parecen haber bajado, asunto que no me explico del todo, y que en mi caso respondió a un desencanto respecto a lo que realmente puede lograrse con este tipo de participación, que más huele a blanqueamiento de las acciones del gobierno que a una real motivación democrática.

En fin, volviendo al tema de la Autopista Vespucio Oriente, que afecta directamente el barrio donde vivo, el debate del último año se ha centrado en la promesa que hizo el ex presidente Ricardo Lagos para construirla de manera subterránea, asunto que fue desconocido por las actuales autoridades de Obras Públicas. Y si bien hace una semana pensaba publicar este artículo diciendo que "sólo ha cambiado el letrero, y al menos es más bonito", puedo decir ahora, felizmente, que parece haber salido humo blanco en las negociaciones. Eso pueden leerlo aquí.

1 comentario:

Padyta dijo...

Hay cosas que nunca cambian, sin embargo esperemos que esta de cverdad cambei y se tranforme en una autopista subterranea.... pero al parecer sera en el tricentenerio :P
Saluditos!!!