Cuando llego a la intimidad de mi chambre, pienso si tomaré mis libros de francés o si haré otra cosa… y casi siempre termino escribiendo mis notas de vida. No creo que sea evasión, de hecho, ya estoy pensando espontáneamente algunas frases en francés. A veces pienso en cuando un niño aprende a hablar su lengua materna… ¿En qué momento comienza a elaborar frases en su mente por iniciativa propia? Supongo que mi contaminada cabeza ya no es capaz de asimilar de la misma manera, los procesos son más estructurados y complejos, cualquier intento de implementar un aprendizaje profundo será a un costo mucho mayor. Pero con ánimo… al menos me he dado a entender, he sobrevivido sin mayores sobresaltos.
Como sobreviví a mi viaje a Marsella, y explicar nuevamente en mi precaria lengua por qué estaba llegando atrasado a la revisión médica. La citación era a las 13:30 del martes 3 de octubre, y por los asuntos que ya he contado, llegué finalmente a las 14:15. Puse cara de culpa en la recepción, “es que perdí el tren”… je suis desolé…je suis desolé…y a la negra enfermera de blancas vestiduras, creo entenderle algo así como “está bien, veremos si pueden atenderle”. Ahí me encontré con Camilo, el otro chileno… “weón! La cagai! Llegaste atrasado casi una hora, y uno que está desde la 1 esperando!”, jajaja, que buena. Ahí estaba una fila de latinos esperando el turno para pasar con el médico y para la radiografía. Costarricenses, mexicanos, colombianos, brasileros… y una china. La primera asistente de lengua china en la región, en cada reunión oficial fue presentada de manera especial y teníamos que aplaudir todos.
Después del médico partimos a comer. Un sandwish estilo francés: gigante; y una cerveza. Todos tomando jugo… y los dos chilenos con cerveza, jajajaja… buena. Algunas de las fotos que se ven acá corresponde a dicho momento.
Luego a buscar el hotel. Nos fuimos con Camilo… dicho sea de paso, con mi compadre vamos a realizar un documental sobre su experiencia del retorno y el exilio. Él nació en Francia, pasó su primera infancia por estos lados, hasta que sus padres retornaron con él a Chile. Su primera vez en Francia después de 12 años. Por lo mismo, habla un francés callejero que apenas le entiendo, pero es positivo para que haga de traductor oficial y para las relaciones públicas.
Subida al Metro, fotos de los murales de la estación. Las estaciones son oscuras y los vagones no están tan bien cuidados como los chilenos. El sistema es extraño: cuando se paga un pasaje, éste te da el derecho de andar por una hora en metro o en bus, se puede salir o entrar a las estaciones cuantas veces se quiera o se alcance en esta hora.
Finalmente llegamos al hotel, que lo paga el rectorado de la academia de Aix-Marseille. Las piezas son compartidas, pero quedo en una diferente a Camilo. Llego a mi habitación y por el momento estoy solo. La vista desde el quinto piso a esa hora es increíble… y tomo algunas fotos.
Al rato, vamos con el socito a recorrer el puerto viejo, el lugar más turístico de Marsella. El atardecer y el crepúsculo nos acompañan, y vienen las consabidas fotos de recuerdo. Creo que es mi primera pose frente a una cámara desde que llegué a Francia. Frente a mi cámara al menos. Vuelta al hotel. Las calles de este barrio son cuicas. Es un sector turístico comercial, mucha tienda de ropa con marcas que llevan el nombre de alguien, mucho pub y restaurante. Y a propósito… algunos tenían invitación a cenar a uno de estos lugares. Yo no tenía, porque mi reservación de hotel fue de último momento… pero da lo mismo, estaba muy cansado y quería puro acostarme. Ya es de noche… y tengo que tomar algunas fotos de esa gran iglesia, la Notre Dame “de la no sé qué”. Y por supuesto… de la Luna.
FOTOS puerto viejo
Miércoles 4 de octubre de 2006
Estaba muy cansado, pero nuevamente me dormí y desperté al par de horas. Desde que llegué he tenido muchas dificultades con el sueño. Debo haberme dormido bien a las 3 am… y a las 4 alguien entró a la habitación. Un gringo llegando a esas horas. Y nuevamente mi sueño fue intermitente… hasta que tuve que levantarme a las 7:30. Desayuno buffet, y a partir a la “capacitación”, que la pongo entre comillas porque no fueron más que latas y sermones de las mismas cosas que leímos y escuchamos más de alguna vez en Chile, o de voz de los mismos profesores de español en el liceo de Istres.
Lo más memorable fue que estábamos reunidos los cuarenta y tantos asistentes de español de la misma academia de Aix-Marseille. Además de los países mencionados más arriba, había una gran cantidad de españoles (era de esperar), y algunos argentinos, bolivianos, una guatemalteca, un uruguayo y un ecuatoriano. Y también aparecieron las dos chilenas que están alojadas en Marsella: la Karina y la Marjorie.
Latas varias… y a abrir cuenta corriente en el Crédito Agrícola. Un convenio de toda la academia para que nos paguen el sueldo. Almuerzo en el casino de la Universidad de Provence… y a volver a las latas. Conozco al uruguayo que está en Arles. También es fotógrafo, y pretende concursar al ingreso regular de la Escuela Nacional de Fotografía. Yo no creo que siga sus pasos… no si se trata de estar 3 años estudiando… desde cero. De todas formas, habrá que analizarlo.
Como buen computín, se me ocurre hacer la convocatoria para que llenemos nuestros datos en una hoja, y compartirlos por correo electrónico. La idea es buena y todos se inscriben. Karina se encargará más tarde de enviar toda la info por correo electrónico. Chile en la vanguardia digital, jejeje.
De vuelta al hotel. Hay un problema con mi chambre… al gringo le llegaron visitas, y en el hotel pensaron que yo sólo me quedaba por una noche. Dejo claro que son dos noches. Y me cambian de habitación. El séptimo piso… y ahora sí que totalmente solo. Bien, mucho mejor así.
Ahora sí tengo invitación para un restaurante. Pero me quedo sacando más fotos desde la ventana. Y luego… tenía una tarjeta de 300 minutos para teléfonos fijos en Chile (ó 45 minutos a celular)… por menos de 8 euros, ¡No está mal! Así que a inaugurarla. Llamo a mi madre al celular. No contesta. Llamo a la Ur… y la encuentro desprevenida. “¿Cómo estás?” se repitió muchas veces… jeje, linda, se puso nerviosa. Al fin podíamos conversar un poco… y el apuro, la distancia y el tiempo provocan una ansiedad en que a ratos no se sabe qué decir. Bien… todo bien. Vuelvo a llamar a mi madre. Buzón de voz. Llamo a mi compadre Fernando. “Yapo, ¿Cuándo vamos al HBH?”…falta tiempo para eso. Desisto con mi madre, y salgo a pasear, a promener.
Recorro todo el puerto viejo. Ya pasan de las 10 de la noche, y decido volver al hotel. Las calles se ven algo desiertas, y me da un poco de julepe. Hay unos letreros luminosos… ¿Qué veo? …una mina con una mini hasta el ombligo… otra más allá… al lado otra… “Bon suá mesié!! Bon suá mesié!!”… jajajajaja, que buena, me había metido en una calle de putas. Menos mal que fue así, y no en una de maricones. Arranco de ahí… y a dormir al hotel.
Jueves 5 de Octubre de 2006
El día anterior hice una lista en Excel con los datos de todos los asistentes, y Karina me prestó unos CD sobre Chile para que los copiara en mi notebook. Así que las chilenas pasaron en la mañana por el hotel (ellas, por vivir en Marsella, no tenían derecho a este alojamiento). Y nos fuimos con ellas, Ángel de Ecuador, Alicia de Argentina y un español.
Era mañana de papeleos. Fuimos los últimos en entregar (para variar), y ya nos estaban retando. Luego vino la lata más latera de toda la jornada. En una especie de aula magna (casi llena, pues estaban los asistentes de todas las lenguas) de la Universidad, unas 10 personas nos recibían, cada uno hablando de 10 a 15 minutos. No alcanzaron a pasar todos. Llegó el rector de la academia. Cuáticas varias, entrega de premios, aplausos para la china… y Madame Lheman al fin toma la palabra para decir cosas útiles. No le entendí mucho… pero si tengo duda lo dejé todo grabado en video, jeje.
Terminada la lata… a almorzar, y a dar unos paseos por Marsella. Vamos con las chilenas y con el ecuatoriano. Karina es muy pintamonos y se nota en las fotos.
Más tarde otra lata… el presidente del parlamento local nos da la bienvenida. Estábamos sentados cual diputados en el gran salón… primero vimos un video turístico de la zona, y luego aparece el viejujo de la política. La entretención era ver como la mitad de los asistentes se quedaban dormidos. Y los aplausos para la china. Y luego al cóctel y ver la exposición de fotos de la Provenza. Comimos muchas cosas ricas, repostería jamás vista en Chile… pero… había calzones rotos! Ya los untaba en la champaña, jajajaja.
Ok, ok… hay que irse antes de las 5:30 para asegurarse el tren. Algunos se han comprado celular… se reparten números que no fueron recogidos en la base de datos… y pa’ la casa. Por segunda vez estoy en la boletería de la gare de St. Charles, Marsella. Esta vez no me contestaron en inglés… me contestaron en español, jajajaja… “algo recuerdo del colegio”, me dijo un cajero bien buena onda. Compro mi carte tout poublic para tener descuento en los pasajes… mi pasaje… a compostage… y de vuelta a Istres. Una hora después estoy en “mi pueblo”, y me encuentro con esta sorpresa… voilà!!