miércoles, octubre 25, 2006

Señor… ¿Cómo se dice…?

Aunque algunos creen que vine a puro pasear -o a hueviar- (y así pareciera para quien ha leído hasta ahora), y si bien he aprovechado cuanto he podido, lo cierto es que el objetivo de este viaje es… trabajar! Por eso ahora hablaré de lo que no he escrito hasta ahora: las clases.

Luego de la bienvenida y seudo-capacitación en Marsella, vino una semana algo errática, donde esencialmente fui a presentarme a los cursos donde haría clases. En algunos fue decir simplemente “Hola, me llamo Rodrigo, vengo de Chile… de Santiago, que es la capital… soy fotógrafo, estudiante de cine documental… y estoy muy contento de ser vuestro asistente de español hasta fines de abril”, tras lo cual, con algunos grupos casi se sentían volar las moscas… pero otros llenaron la hora de clases con preguntas: ¿En Chile hay dictadura? ¿Es muy diferente a Francia? ¿Le ha gustado Francia? ¿Qué le han parecido las francesas? ¿Cómo son las chicas chilenas? ¿Cuál es el deporte nacional? ¿Hace mucho frío en Chile? ¿Cuánto dinero gana una persona en Chile? … ¿Cuántos años tiene? ¿Cuántos hijos tiene? ¿Tiene novia?......... en fin, el tipo de preguntas dependía de la personalidad del grupo, y también del establecimiento: el liceo de Istres corresponde a una clase social donde los niños son más aplicados y se suelen comportar en clases. En cambio, en el liceo de Miramas, son más desordenados y pelusones, y por ende en algunos grupos las preguntas fueron más puntudas.

El caso extremo fue en un curso de Miramas, donde uno de los cabros, no sé si haciéndose el gracioso, o si realmente era maricón, me empezó a adular “Es usted muy guapo”, “Que bellos ojos tiene”. Al principio quedé medio pa’ dentro y sólo le dije “Gracias”, pero después tuve que pararle los carros. “¿Podemos salir a cenar?”…ya era mucho ¡Que sea podría haber sido una de las alumnas la que me decía todo eso! Ya me daban ganas de decirle “Deja de weviarme maricón culiao!”. Pero la profesora intervino y le rayó bien la cancha. Me llamó la atención que los compañeros reían a veces con sus intervenciones, pero al parecer lo gay era natural para ellos. Bien si es por la tolerancia… mal si es por molestar.

El caso opuesto ocurrió en Istres: en uno de los cursos que debía hacer clases un día, había salido ese día a un museo o algo así. Pero había dos niñas que se habían quedado haciendo un trabajo, y la profesora me dejó hablando con ellas; el objetivo era simplemente tener una conversación, que practicaran la lengua española. Charlotte se llamaba una de ellas, y dominaba bastante del idioma. La otra no recuerdo su nombre… pero da igual. Pasaron rápidamente los minutos de una conversación muy relajada, y como era la primera vez que estaba a mediodía en el liceo, les pedí que me enseñaran el sistema del almuerzo en el casino escolar. Entonces la conversación continuó mientras comíamos… y ra… no supe más de ellas… hasta esta semana.

Resulta que François, el profesor coordinador de español, me estaba indicando que por un problema de horarios no podría hacerles clases a un grupo del día jueves, precisamente el de estas niñas. Estaba explicándome eso, cuando llegó la profesora de ese curso, y nos dice que SÍ tengo que hacer esa clase, porque las alumnas solicitaron que quieren practicar el español con el chileno. ¡Bien! Me puse contento, y vi un gesto de aprobación de parte de los profesores… era un buen comienzo.

Y así fueron pasando los días, y tras las presentaciones con serie de preguntas hacia mí, vinieron las clases donde yo ya tendría que estar solo con los cabros. Y a cada grupo les hice una dinámica que aprendí en la Escuela Verde del Canelo de Nos: cada uno debía pensar una palabra en español -un animal, vegetal, cosa o sentimiento- cuya primera letra coincidiera con la primera letra de su nombre. Yo comenzaba: “Hola, me llamo Rodrigo Ratón”. Luego otro me saludaba: “Hola Rodrigo Ratón, me llamo Floriane Flores”; y el segundo: “Hola Rodrigo Ratón, hola Floriane Flores… me llamo Jeremy Jugador”. Un ejercicio de memoria y pronunciación, que por todos fue bien recibido y objeto de risas, en especial cuando le tocaba el turno a los últimos.

Tras esto, los hacía hablar más de si mismos: sus gustos, aficiones, lugares favoritos, su familia… etc. “Señor, ¿Cómo se dice gentil?”. “Se dice… gentil”… bien, empezamos con preguntas sencillas de vocabulario. “Ratón, ¿Cómo se dice hôtesse de l’air? … entiendo bien la primera palabra, pero la segunda me suena a nada. “De los aviones”, me explica… “Aaah! Eso se dice azafata o aeromoza”. Uf… salí del paso con varias preguntas de vocabulario, pero a más de una tuve que decir “No sé, piensa en otra manera de decirlo”.

Y el último curso que tuve esta semana, justo antes de las vacaciones, los interrogué sobre las actividades que harían en este periodo. “Rodrigo, je vais faire dodo chez mon amour”. Yo suelto una carcajada, y le explico que en Chile faire dodo se dice “hacer tuto”. Otra niña interviene: “Profesor, van a hacer hijos”. Yo sonrío y miro al joven aludido, el pololo de esta chica. Él no quiere abrir la boca… por lo visto ahí manda calzón.

En resumen, la he pasado muy bien en las clases. He sido bien recibido por los cabros, y voy a tener que usar mi creatividad para que siga siendo así, sin que se suban por el chorro.

Y la foto del principio… no tiene nada que ver con el tema. En los liceos no se pueden tomar fotos. Es un tema complicado, y tal vez tema para otro artículo.
La foto es en Marsella, frente a los tribunales de justicia. Me la tomó la Marjorie, el día que me acompañó a comprar mi flamante trípode Manfrotto, el cual me servirá para mi documental… tema también para futuros reportes. Por ahora, me esperan Lyon, Chateaudun… y Paris.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Miramas : ciudad dormitorio gloriosa en los años 80 cuando la plena actividad económica y, hoy, asolada por el paro.
De verdad, los alumnos que tiene Rodrigo son la élite de esta ciudad.

Anónimo dijo...

asi que te querian hacer le brochete..jajaj

Siga gozando con las claes, mira que no hay nada mas reconfortante que enseñar....

salucci

Anónimo dijo...

Noticias contentas de ti he recibido, q me alegraron tbn., paso por aquí, solo para saludarte,
besos

Anónimo dijo...

Chascobert...el saludo era mio
Lili

Ismael Cortés dijo...

'Tan entretes las historias. Además, por un lado dicen y hacen (y deshacen) y por el otro no se pueden sacar fotografías... qué hacer ... qué hacer!!!!

Jaime Alfonso San Martín Benard dijo...

“Hola, me llamo Rodrigo Ratón”. ???? Sin comentarios.

Rodrigo González Lillo dijo...

El ratón fue uno de los 12 animales que acudió al llamado de Buda. Con astucia montó el lomo del Búfalo, quien corrió al encuentro de su Dios. Al frenar, el ratón salió impulsado a los pies de Buda. Sin esfuerzo llegó antes que el jadeante búfalo.

Ir un poco "más allá de..." es la cualidad del ratón. A mucha honra.