domingo, diciembre 17, 2006

Lamentaciones

Hace un mes, en un día viernes... escribí esto:
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Lamentablemente, hoy no andaba con mi cámara. Es un tanto molesto llevarla, mi mochila está llena con libros más el ordenador portátil; y como si fuera poco, está lloviendo.

Y cuando quieres mostrar algo y no tienes el registro gráfico, estás obligado a hacer el esfuerzo literario por dar a entender lo que viste. Es como lo que sucede cuando no tienes a nadie que hable español: estás obligado a expresarte en la lengua local… o enmudecer. C’est la même chose: cambiamos un lenguaje (visual) por otro (escrito).

La lluvia de hoy era débil por la mañana, aunque a ratos amenazaba convertirse en un diluvio. Y fue por la tarde, cuando le hacía clases a una bella chica en el liceo de Miramas, que los truenos se dejaron oír con toda su fuerza, mientras la sala era iluminada con los flash celestiales. Y siguió la copiosa caída de agua por un par de horas, tiempo en el que desarrollé mis clases de castellano, y que por esas gracias del destino, paró poco rato antes que tuviera que emprender la marcha de vuelta.

Fue así que caminé, como de costumbre, rumbo a la estación de buses que está a un costado de la gare de trenes. Para llegar, debía cruzar un paso bajo nivel, y para mi sorpresa… ¡Ooh! ¡Está inundado, igual que en Chile! En fin, resignación y a caminar hacia un puente o paso peatonal para atravesar la línea férrea. Continué por la calle que va paralela a los trenes, y nuevamente mi sorpresa… ¡La lluvia había destapado hoyos en la calle, igual que en Chile! Parece que estos franceses no hacen las cosas tan bien como pensaba… mmm.

Mis pasos no tienen prisa, pero son enérgicos. Atravieso la línea del tren, y busco alguna calle que me conduzca a la estación. Sigo mi instinto… y camino… y camino… y la calle está solitaria… muy solitaria. El paisaje ha cambiado algo, veo torres de alta tensión, una torre de agua… una bandada de pájaros. Creo que me equivoqué de camino. Más allá se ve una rotonda, y probablemente otra vía pueda conducirme hasta mi objetivo.

Pero todo sigue extrañamente solo. Veo un negocio que no parece ni cerrado ni abierto, y vende algunas cerámicas y flores. Aún no está oscuro, pero el Sol se ha escondido hace un buen rato, no es de día ni de noche, tal como creo ver algunos de mis sueños. A lo lejos el paisaje parece entre industrial y rural. Hace un rato que pasé las últimas casas, y camino al costado de un gran muro… la calle mojada.. y veo que estoy en medio de un cementerio. Estoy en la calle, pero tengo lápidas a ambos lados, sólo faltó que viera volar algún ser extraño, que existe y no existe, para pensar que estaba en un pasaje de realismo mágico. Y lamenté no llevar mi cámara.

Finalmente decidí dar la vuelta, y tras algunos minutos en que dejé que mi voz interna me dijera “Rodrigoooo, usa la fuerza”, logré dar con la bendita estación. Y al poco rato estaba en el bus. Y desde el bus pude ver que en realidad no es como en Chile. Ya había máquinas arreglando los hoyos de las calles, y seguramente el paso nivel anegado tenía sus minutos contados.

Y lamenté no llevar mi cámara. Creo que me compraré una de bolsillo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

cuando parecen ir pasando los avatares que dejó la tormenta pinochet podemos empezar a ver de nuevo. Tanta contingencia no nos da tiempo para mirar no te parece?
Estoy de acuerdo contigo, que aunque a ratos Francia y particularmente Paris, parece más cercana a santiago una ciudad tan tercermundista, que a una gran capital económica, al final, aparece la embergadura del desarrollo y su innegable desigualdad.
La lluvia y el frío no se sienten igual acá que en Santiago. Y si el termometro dice que está más helado, las calefacciones siempre funcionando y al parecer financiadas en parte por el estado, dicen lo contrario.
Jamás en mis añitos había dormido con camiseta en Invierno!
Un abrazo semejante.

Jaime Alfonso San Martín Benard dijo...

"It's the man, not the machine..."
Chuck Yeager

agua con sal dijo...

ordenador??????????


jajajajaja... ay... perdón...

pero no es muy españolito decirle así?


aquí todavía le decimos tarro o atari... siempre con cariño...



En todo caso, concuerdo con el otro comentario, aunque siempre se lamenta tener la camarita lejos.

besitos

Rodrigo González Lillo dijo...

¿Ordenador? Creo que sí, es español, pero también un derivado del francés... l'ordenateur

Voy a llegar hablando la pila de palabras nuevas... jejeje